Monday, June 18, 2007


Encuentros del tercer tipo (o subirse a un taxi en COLIMA)


(el primero encuentro se los platico mañana)...



Segundo encuentro (o por qué las chicas fresas se equivocaron de lugar). Al parar el taxi, el señor nos preguntó que si íbamos de prisa (la amiguis y yo), a lo cual contestamos que no. El taxista nos dijo que iría a recoger unas esclavas de oro y que si no importaba desviarnos tantito. Dijimos que no, pero nos aseguramos de que las puertas no tuvieran seguro y los vidrios estuvieran bien abajo (uno nunca sabe). Llegamos al dichoso lugar y el taxista se bajó pero se aseguró de dejar la música a todo volumen.
Al principio la rola está muy estilo rapera, sin sentido, pero de repente en la letra distingo unos versos:

- qué es lo que quiere la reina, qué va a pedir la princesa, qué se le antoja a la nena, qué quiere la niña fresa??

Con toda nuestra actitud la amiguis yo yo comentabamos, osea que onda con su música banda en versión rapera de akiwd. No inventes. Y comenzaron los cometarios, no este wey no viene por su esclava de oro, viene por su bling bling. Y la canción se repetía, OOOOOK. Yo la ponía a repetirse, pero es que media hora estuvimos paradas afuera de la casa del que vende y compra oro. Hasta hice una confesión real en el carro: Amiguis, me gusta mucho calle 13. Oh si, me gusta esa banda y me sé todas sus rolas.

Nos dejó en la casa, media hora después del tiempo normal de recorrido pero no sin antes darle al taxista nuestras “felicitaciones” por aquella música, no señor usted si que sabe.. jajaja.

Que fresa nos portamos ese día. El señor resultó ser un caso, jurándonos que tenía ranchos enormes llenos de caballos y que la esclava era para su mujer - con al cual no estaba casado- pero que era bien exigente. Nos contó de la yegua que tiene su hija de cinco meses, que era la más cotizada del rancho y que él se la compró a su niña.


Nos platicó de sus riquezas neoyorkinas y de su pobre abuelo desaparecido desde hace ocho años, que él era el dueño del rancho, que por eso se vino a Colima y dejo los States, porque heredó el rancho del desaparecido.


Por eso es que los taxistas a veces son tan divertidos, platican cada historia.

3 comments:

Anonymous said...

Jajajajajaja ay amiguis el solo leerlo me hace recordar esos momentos; solo faltó agregar que estuvimos a punto de dejarle el taxi parado en media calle porque nomás no salia!! jajajajajajaja

LUCIA VILLARREAL said...

hahaha buenisimo tu encuentro cercano y más por cómo lo relatas. saludos alma!!

keviinziiO! said...

ahahaha
que miedo tu historia del taxi
XD

yo hubiera bajado traumado despues de escuchar esa cancion..
o admito soy demasiado fresa
ahahaha
no lo hubiera soportadoo
saludos!