Wednesday, March 26, 2014

La fuente importa tanto como la honestidad.

Cuando dices algo públicamente para parecer ligeramente más inteligente/brillante/mordaz que impacte/eduque/demuestre tu punto de vista cuida la fuente de donde lo sacaste. Se inválida cualquier argumento que viene de una fuente contraria al pensamiento que compartes.

Tengo la impresión que todo el mundo en las redes sociales se siente psicólogo, pedagogo, guía espiritual, padre ejemplar, dalai lama y bueno unos hasta gurús sólo por el hecho de compartir imágenes y frases "llegadoras" que demuestran lo superiores y  lo increíblemente sabios o maduros que son. Y me he puesto a reflexionar cómo muchos de sus argumentos se contradicen al revisar las fuentes desde donde han citado sus frases o aprendizajes.

Aplica por ejemplo cuando al criticar el consumismo lo  haces desde una imagen de cualquier marca coporativa, se nota cuando apelas a lo orgánico, natural y tus fuentes son empresas multinacionales, hablas de educación y buenos modales y citas a Marylin Monroe o a cualquier rockero que se la ha vivido en las drogas, te muestras como gran seguidor de la literatura citando a Cohelo o Arjona y peor, con faltas de ortografía...

Neta, el auto sabotaje del mensaje se produce en la fuente misma del pretender "chigar al otro". Sé honesto, di lo que te gusta sin tratar de ser más que el otro, sin ofender, ni dártelas de ser más listo..... de ahí tu verdadera inteligencia y la credibilidad que puedes tener, aunque claro, como la mayoría "farolea" con esa virtuosidad de inteligencia, sin importar si están citando a Edgar Allan Poe o a la Banda Fresa, tal parece que una bonita imagen llena de faltas de ortografía logra el efecto "sabiondo" en las redes sociales.

Ay que cosas pues...