Divorcios y encuestas políticas.

A diario aparecen en los medios de comunicación resultados de encuestas que se realizan con el fin de conocer cuál de los candidatos a la presidencia amaneció en el primer puesto. Lo curioso del caso es que ni siquiera en días distintos, sino simplemente en distintos medios, aparecen respuestas opuestas.

Mi abuelito dice que las encuestas son como los divorcios, de cada una de las partes se escucha una versión diferente (puedo probarlo). Una parte dice que el otro es el malo, este es el bueno. Que él tuvo la culpa. Ella tuvo la razón. O viceversa. Un caos de verdades absolutas que no dejan más que en la confusión total.

A mi lo que me preocupa es desconocer si el problema es la aplicación misma de la encuesta, la población seleccionada para ella, los horarios, las técnicas aplicadas, una mala proporcionalidad o si de plano, se trata de infinitos casos de corrupción y una enorme fuerza de intereses en cada uno de los que se encargan de publicar estas supuestas “verdades”. Cualquiera que ésta sea creo que tiene un gran fallo en cuanto a ética se refiere. Sin duda el dinero, tendenciosamente hace olvidar lo que se debe aprender en una de las primeras lecciones que como encuestador se enseñan.
Ahora sólo me queda claro que nadie tiene comprada con seguridad su victoria para la silla presidencial, como se puedo ver cuando después del debate cada uno de los candidatos se creía ganador y a ninguno lo sacaban de esas victoria compartida. Qué difícil resulta afirmar algo a estas alturas.

PD!!!. Por qué a blogger se le ocurre actualizar esto a media noche mientras yo escribo??