Leo y estoy atenta a lo que sucede con el caso Mancilla. Lo veo y no lo creo. Si bien no me parece sorprendente la injusticia y la evidencia de un lado oscuro de la democracia en la reelección del dirigente, me parece curioso (y hasta tengo sentimientos de nostalgia) que sea la primera vez que un caso como éste se revele en los medios. Que por primera vez se mire lo que pasa con otros ojos..
Yo misma fue partícipe de una revuelta parecida a ésta en las elecciones del 2002 (lo que remarca la mancha oscura de esta institución desde tiempo atrás). Como bachiller presencié que aquella elección fue corrupta, fue injusta, fue un fracaso; sin embargo la protesta de aquel año y éste son muy distintas. En 2002, protestamos y de igual manera se nos encerró en el paraninfo Universitario, de igual manera gritamos fraude y protestamos. Pero en aquella ocasión eramos un poco más ilusos que los jóvenes de hoy. Bien recuerdo que nos pidieron silencio, que se nos informó que el Rector (en aquel entonces Salazar) y el Gobernador (Fernando Moreno Peña) pronto llegarían a escuchar las quejas y las pruebas que se tenían para demandar fraude. Evidentemente, eso nunca pasó.
Pero nuestras voces callaron por otro motivo. La planilla a la que defendíamos nos había traicionado. Gente por la que alzábamos la voz había sido sobornada, por un buen puesto (por un famoso trampolín) y así de la nada, es tarde de toma de protesta, vimos cómo se nos acaban los ideales y cómo una organización juvenil nos quitaba la voz. Nos amordazaron el pensamiento y de manera muy humilde, no quedó más que esperar que otro viniera a cambiar las cosas.
En aquel entonces no teníamos la fuerza de los medios de nuestro lado, ni siquiera para decirle a la gente “de afuera” como es de sucia la política. Nadie nos escuchó. Salimos con Presidente nuevo y con la puerta cerrada de la FEC (al menos esa administración) por revoltosos, por querer justicia y transparencia.
Hoy, los medios de comunicación son otros. Hoy la TV, la radio y las redes sociales son de los estudiantes, no de los políticos. Ya los sistemas de comunicarse no son verticales y lineales. La comunicación ya no fluye de arriba hacia abajo y oprime a los vulnerables. Facebook, blogs, twitters, youtube y otros, le están dando voz a estos jóvenes.
Sólo espero que les dé también conciencia, prudencia y tino, porque si en algo no estoy de acuerdo es en hacer las cosas de manera violenta, sin diálogo, sin reflexión.
Me hubiera gustado poder decir esto hace 9 años atrás, así como hoy, sin miedo a las represalias, sin sentir que por abrir la boca me iban a correr de la escuela, ponía en juego el futuro. ¿Cuál futuro? Si parece que este esquema no se ha corregido. Tenemos impunidad como hace 9 años, tenemos falta de democracia, abuso de autoridad, corrupción y desacato… pero hoy existen también voces fuertes, que no se dejarán callar tan fácil.
Aplaudo esa autonomía… y de alguna forma, hasta la envidio.